viernes, 6 de febrero de 2009

Roberto Juarroz - Argentina

No nos mata un momento,
sino la falta de un momento.
No nos mata una sombra,
sino la ausencia aleatoria de una sombra,
perdida probablemente en un declive
de esta insensata eternidad despareja.
No nos mata la falta de la vida,
sino el azar de un claroscuro
que se proyecta sobre una pantalla invisible.
No nos mata morir:
nos mata haber nacido.

1 comentarios:

Graciela María dijo...

Amigo Roberto, por la existencia de contrarios,podemos distinguir de la luz, la sombra...
Lástima, es cierto, que esta última nos "mate"
Bello poema, felicitaciones.
Graciela María Casartelli
http://webs.uolsinectis.com.ar/vida-reflexion