viernes, 11 de septiembre de 2009

Oliverio Girondo

Hay que compadecerlos

No saben.

¡Perdonadlos!

No saben lo que han hecho,
lo que hacen,
por qué matan,
por qué hieren las piedras,
masacran los paisajes...
No saben.
No lo saben...
No saben por qué mueren.

Se nutren,
se han nutrido
de hediondas imposturas,
de cancerosos miasmas,
de vocablos sin pulpa,
sin carozo,
sin jugo,
de negras reses de humo,
de canciones en pasta,
de pasionales sombras con voces de ventrílocuo.

Viven
entre lo fétido,
una inquietud de orzuelo,
de vejiga pletórica,
de urticaria florida que cultiva el ayuno,
el sudor estancado,
la iniquidad encinta.

No creen.
No creen en nada
más que en el moco hervido.
en el ideal,
chirriante,
de las aplanadoras,
en las agrias arcadas
que atormentan al éter,
en todas las mentiras
que engendran las matrices de plomo derretido
el papel embobado
y en bobina.

Son blandos,
son de sebo,
de corrompido sebo triturado
por engranajes sádicos,
por ruidos asesinos,
por cuanto escupitajo se esconde en el anónimo,
para hundirles sus uñas de raíces cuadradas
y dotarlos de un alma de trapo de cocina.

Sólo piensan en cifras, en fórmulas, en pesos,
en sacarle provecho hasta a sus excrementos.
Escupen las veredas,
escupen los tranvías,
para eludir las horas
y demostrar que existen.

No pueden rebelarse.
Los empuja la inercia,
el terror,
el engaño,
las plumas sobornadas,
los consorcios sin sexo que ha parido la usura
y que nunca se sacian de fabricar cadáveres.

Se niegan al coloquio del agua con las piedras.
Ignoran el misterio del gusano,
del aire.
Ven las nubes,
la arena,
y no caen de rodillas.

No quedan deslumbrados por vivir entre venas.
Sólo buscan la dicha en las suelas de goma.
Si se acercan a un árbol no es más que para mearlo.
Son capaces de todo con tal de no escucharse,
con tal de no estar solos.

¿Cómo,
cómo sabrían
lo que han hecho,
lo que hacen?

¿Algo tiene de extraño
que deserten del asco,
de la hiel,
del cansancio?

Sólo puede esperarse
que defiendan el plomo,
que mueran por el guano,
que cumplan la proeza
de arrasar lo que encuentren y exterminarlo todo,
para que el hambre extienda sus tapices de esparto
y desate su bolsa ahíta de calambres.

Son ferozmente crueles.
Son ferozmente estúpidos...
pero son inocentes.


¡Hay que compadecerlos!

sábado, 21 de febrero de 2009

Fernando Sánchez Zinny - Argentina

Despreocupados


Hoy, despreocupados
y con tiempo a favor,
abrimos las ventanas
hacia los ruidos de este barrio
en que fuimos felices
y aún lo somos mientras
escuchamos
una música fácil
que llega
para aliviar el alma.

Ni maldad, ni preguntas,
ni recuerdos,
sólo esa música
que diluye en las calles
garúa estremecida por la ausencia:
beso de un frío apenas húmedo,
pequeño gaje verdadero,
moneda del azar
caída en la vereda,
ya en el filo de un mediodía
amenazante
e imposible.

viernes, 6 de febrero de 2009

Roberto Juarroz - Argentina

No nos mata un momento,
sino la falta de un momento.
No nos mata una sombra,
sino la ausencia aleatoria de una sombra,
perdida probablemente en un declive
de esta insensata eternidad despareja.
No nos mata la falta de la vida,
sino el azar de un claroscuro
que se proyecta sobre una pantalla invisible.
No nos mata morir:
nos mata haber nacido.

viernes, 23 de enero de 2009

EL CÓMPLICE - Jorge Luis Borges




Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
Soy el poeta.

miércoles, 7 de enero de 2009

Jorge Boccanera - Argentina, 1952




YO DIGO ADENTRO MÍO


Yo digo adentro mío
Adentro hay una boca recibiendo a la lluvia
y una mano queriendo penetrar en los trenes
adentro está mi infancia con su mañana blanca
mi pueblo allí colgando de la lengua del día
adentro está tu frente pero nunca los lunes
porque adentro me sobran el reloj y los diarios
adentro está lo bueno lo malo lo que queda
mi corazón adentro de un pájaro sin rostro
adentro tengo el viento derramado en tus hombros
es decir este aroma de ausencias y de gritos
adentro estoy yo mismo golpeando para afuera
y hay una almohada tibia donde apoyo tu nombre
adentro está el otoño el café el intestino
las rótulas tus ojos el parque que olvidaste
adentro están doliendo tu septiembre y mis pasos
y hay una piel llorando
ahora adentro mío se oxida una ternura
yo digo adentro mío en esta tarde de otros.

martes, 30 de diciembre de 2008

No proviene mi fé - Fesal Chain - Chile

No proviene mi fé
de preciosos altares
de cristos muertos
de funcionarios
de un dios estático
rodeado de joyas y vitrales.
No proviene mi ira
de la negación al diferente
ni a aquel que descree
de la comunión
de los hermanos.
Insufla la ira mi cerebro
cuando los mercaderes
del templo de mi padre
en búsqueda ostentosa
y con cantos de sirena
y rojas bocas
trocan el amor
por tintineos.
Cual es mi fé
señor
no sólo en ti
no sólo en ti...
--
Fesal Chain
Poeta, narrador y sociólogo

Blogs
http://poesiaparaalentarcoraje.blogspot.com/
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martes, 23 de diciembre de 2008

Miguel D' Ors - España, 1946


ELLA


Es misteriosa como el tiempo y el mercurio,
delirante y exacta, álgebra y fuego.
Cuando nadie la espera, coronada de escarcha
baja tarareando con pies maravillosos
por entre los helechos. Muchos enamorados
consagraron su vida a llamarla, elevaron
laboriosos palacios para ella
y no condescendió ni a una mirada.
No sirve para nada y son millones
los que viven por ella. Cuando piensas
que prefiere los locos y vagabundos, pasa
del brazo de un ministro o Mr. Eliot.
Es papeles manchados de tinta y es el mundo
con hogueras y robles, despedidas, los Andes,
la luna azul y Concha Valladares. Su rostro
constantemente cambia, inconstante. Y no cambia.
Bécquer la confundió con el Amor
y es una forma de no ser feliz.